Maletas llenas en los aeropuertos, filas inmensas para realizarse la prueba de coronavirus y cientos de personas que desean viajar pese al llamado de las autoridades a quedarse en casa para evitar la propagación del coronavirus, es el plato fuerte en Estados Unidos en vísperas del Día de Acción de Gracias.
Hace casi una semana, los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) llamaron a los estadunidenses a no viajar para esta gran fiesta familiar, más importante que la Navidad para muchos.
En momentos en que Estados Unidos es el país con más muertes por el coronavirus en el mundo y desde hace varios días se registran a diario 150 mil nuevos casos, la mayoría de los gobernadores de estados como Nueva Jersey urgen a sus residentes a “no transformar el comedor de su casa en un foco de covid”.
Anthony Fauci, el respetado director del Instituto estadunidense de Enfermedades Infecciosas, quiso dar ejemplo al anunciar que no verá a sus hijas en Thanksgiving este año, y que lo celebrará sólo con su esposa.
Pero luego de nueve meses de pandemia, la consigna es demasiado radical para muchos que se disponen a reunirse con familiares, al tiempo que limitan los invitados.
Fuente: Milenio