Ciudad de México — La presidenta Claudia Sheinbaum expresó este lunes su rechazo a la decisión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de suspender de manera inmediata las importaciones de ganado vivo, caballos y bisontes desde México debido a la presencia del gusano barrenador. Desde Palacio Nacional, la mandataria calificó la medida como injusta y reiteró que México no aceptará subordinación en sus relaciones bilaterales.
“México no es piñata de nadie. Lo que hay es colaboración, hay coordinación, pero ni hay subordinación ni podemos estar cada día dependiendo de la Secretaría de Agricultura del Gobierno de los Estados Unidos”, declaró Sheinbaum.
El gusano barrenador del Nuevo Mundo, una plaga que se introduce en el cuerpo de animales vivos causando lesiones severas y potencialmente mortales, motivó la decisión del USDA. La secretaria estadounidense de Agricultura, Brook Rollins, advirtió en redes sociales que “la última vez que esta devastadora plaga invadió Estados Unidos, nuestra industria ganadera tardó 30 años en recuperarse. Esto no puede volver a ocurrir.”
En respuesta, Sheinbaum aseguró que el Gobierno de México ha actuado con rapidez desde la detección del brote a finales de noviembre de 2024. “Desde el primer momento que se recibió la alerta, se ha trabajado para limitar su presencia desde la frontera sur y erradicarlo. Aquí tengo el informe del Secretario Berdegué con todas las acciones que se han realizado”, enfatizó.
El Secretario de Agricultura de México, Víctor Suárez Carrera, ha mantenido contacto con su homóloga estadounidense y, según Sheinbaum, se acordó un periodo de 15 días para continuar con los trabajos sanitarios. “Esperamos que muy pronto se levante esta medida que consideramos injusta”, añadió.
Cabe recordar que en noviembre pasado, la detección del primer caso de gusano barrenador en México provocó un cierre temporal de la frontera para el paso de ganado, medida que se levantó parcialmente en enero de este año tras semanas de negociaciones.
La suspensión actual reaviva tensiones comerciales y sanitarias entre ambos países, con posibles repercusiones económicas para los productores ganaderos mexicanos. México reiteró su compromiso con los protocolos fitosanitarios y urgió a Estados Unidos a mantener la cooperación técnica sin recurrir a sanciones unilaterales.