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CHETUMAL, 1 de agosto.— Al fiel estilo priista de repartir el poder entre familiares, las elecciones de delegados que celebró el fin de semana Morena sirvió, entre otras cosas, para encumbrar en esas posiciones a las parejas de las alcaldesas de Othón P. Blanco Yensunni Martínez Hernández y de Carrillo Puerto Mary Hernández Solís.
Además, ambas alcaldesas son cuñadas, pues Yensunni Martínez está casada con David, hermano de Mary Hernández.
En el proceso interno morenista celebrado el sábado pasado ambas alcaldesas maniobraron para que sus parejas David Hernández y Johana Acosta, respectivamente, fueran delegados como delegados en el Distrito II, en el que se ubican las los dos municipios.
De acuerdo con los estatutos de Morena, en cada distrito deben ser designados diez delegados, para un total de 40 en el estado, tomando en cuenta que Quintana Roo cuenta con cuatro distritos electorales.
Además, en el caso de Carrillo Puerto también fue electo delegado Eder Chuc Cen, propuesta de la alcaldesa carrilloportense, de tal manera que entre Othón O. Blanco y Carrillo Puerto la familia Hernández se quedó con el 30% de los delegados del Distrito II.
Desde la época de hegemonía del PRI era común que en Quintana Roo se privilegien lazos familiares en el acceso a cargos políticos.
La situación se repite en la llamada Cuarta Transformación, pues además de estos dos casos recientes hay que recordar que en Tulum Morena postuló como candidata a diputada local a Silvia Dzul, hija del alcalde Marciano Dzul, quien ya anteriormente había sido presidente municipal bajo las siglas del PRI.
