CANCÚN, 4 de junio.— El diputado local por el PT Rubén Carrillo retomó este miércoles sus funciones como secretario general del sindicato de taxistas “Andrés Quintana Roo”, tras una licencia temporal solicitada pocos días antes del asesinato de uno de sus colaboradores más cercanos, en un contexto de crisis sin precedentes para la organización.
El directivo asesinado fue José Luis Corral Morales, quien fungía como asesor político y jefe de campaña de Carrillo. Corral fue interceptado por sujetos armados el 25 de octubre de 2024, al llegar a su domicilio, y posteriormente privado de su libertad. Su cuerpo apareció cinco días después, el 30 de octubre, en una zona de maleza sobre la carretera Cancún–Mérida, con múltiples impactos de bala y signos de tortura.
Este crimen desató una investigación de gran alcance, que reveló presuntos nexos entre dirigentes sindicales y grupos del crimen organizado.
Derivado de las indagatorias, fueron detenidos Salomón Alfonso Muñoz, alias “Mafer”, quien había quedado como líder interino del sindicato durante la ausencia de Carrillo, y Óscar Antonio Solís, comisionado del mismo. Ambos fueron señalados como presuntos autores intelectuales del asesinato. Además, un cateo realizado en las oficinas del sindicato arrojó hallazgos alarmantes: drogas, municiones y un cuarto de tortura, evidencia de una posible infiltración criminal en la estructura sindical.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo mantiene abiertas las investigaciones para esclarecer completamente los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.
En su mensaje de reincorporación, Rubén Carrillo reafirmó su compromiso con los más de 20 mil socios del sindicato más grande del estado, asegurando que su regreso obedece a la voluntad democrática de la base trabajadora.
“Asumo nuevamente esta encomienda con la firme convicción de mantenerme al frente del sindicato, especialmente en este momento en que las decisiones que tomemos y las alianzas estratégicas que consolidemos marcarán el rumbo del gremio en los próximos años”, expresó.
Pese al contexto de desconfianza pública, Carrillo insistió en que el gremio vive una etapa de transformación que requiere fortalecer la unidad, el liderazgo legítimo y el respeto a la legalidad. Reiteró que no hay espacio para divisiones ni para intereses ajenos a la base trabajadora.
Como parte de su agenda, adelantó que se impulsarán acciones para modernizar el servicio de taxi, mejorar las condiciones laborales, reforzar la relación institucional con las autoridades y defender la concesión del servicio como patrimonio colectivo de los socios.