En su mayoría, las autoridades municipales evitan hablar de la inseguridad que padecen los habitantes de sus municipios.
Lo esquivan, nadan de a muertito como si no tuviesen responsabilidad. Creen que si no hablan de ello, el problema no existe, pero hay una excepción: Playa del Carmen.
Y los datos lo respaldan. Ahí, la presidenta municipal Estefanía Mercado ha hecho algo que pocas autoridades hacen hoy: hablar con claridad sobre el problema, dar la cara, tomar decisiones y, lo más importante, dar resultados.
No significa que todo esté resuelto, pero hay algo que sí es innegable: los robos a ciudadanos han bajado un 56% y los robos a negocios un 43% comparado con el mismo periodo del gobierno municipal anterior. Esos son hechos.
¿A qué se debe? A que la seguridad no se enfrenta con discursos ni con retórica. Se enfrenta con estrategia, con recursos, con coordinación, y sobre todo, con una voluntad política que no se esconde ni se paraliza.
En la mayoría de las regiones del país, el silencio suele ser la norma y el cálculo político muchas veces pesa más que la acción, tener una autoridad que no maquilla cifras, que no busca culpables en el pasado, sino que asume responsabilidades, es un mensaje potente.
Y hay algo más: reconocer errores no debilita, fortalece. Porque quien reconoce, escucha. Y quien escucha, puede corregir y mejorar. Eso también forma parte del ejercicio responsable del poder.
¿Está resuelto el problema? No. ¿Hay mucho por hacer? Sí, muchísimo. Pero cuando se empieza por admitir la realidad y se trabaja desde ahí, ya hay una diferencia frente al resto.
La ciudadanía no quiere promesas eternas ni frases de campaña recicladas. Quiere ver que algo cambia. Y hoy, al menos en Playa del Carmen, esa percepción empieza a modificarse.
Sí se puede gobernar con seriedad, sin escándalos, sin simulaciones, con hechos. Y eso, en el contexto actual, ya es decir mucho.